Clínica Dermatológica Openderma

Hiperhidrosis o sudor excesivo: toxina y otros tratamientos


Hasta un 3% de la población general sufre sudor excesivo o hiperhidrosis, aunque menos de la mitad busca consejo médico por ese problema y, menos aún, al dermatólogo.

La hiperhidrosis puede originar ansiedad y depresión hasta en un 25% de pacientes, afectando a su vida personal y laboral, sobre todo en los meses más calurosos.

Las opciones en tratamientos de la hiperhidrosis han ido aumentando en los últimos años. Algunas soluciones son definitivas pero tienen efectos indeseables, por lo que es fundamental elegir la que mejor se adapta a las necesidades y expectativas de cada paciente. Por ejemplo, el sudor de manos afecta más a una persona que trabaja como pianista.

Para el correcto diagnóstico, además de la historia clínica y exploración física, a veces se realiza en la consulta un test del sudor. En dicho test se aplica en la zona afecta, por ejemplo, en las axilas, un marcador que se vuelve de color púrpura cuando se suda.

Los tratamientos que usa el dermatólogo para tratar a los pacientes con sudor excesivo incluyen:

  • Antitranspirantes. Funcionan taponando los conductos de las glándulas sudoríparas, de forma transitoria. Se pueden aplicar en axilas, palmas, plantas, frente. Pueden reducir hasta un 20% la producción de sudor, lo cual a veces se queda corto, pero es una ayuda. Pueden producir sensación de quemazón o piel irritada. Aunque se ha dicho que los antitranspirantes y desodorantes pueden producir cáncer de mama, y que los que contienen aluminio pueden favorecer la enfermedad de Alzheimer, no está.
  • Iontoforesis. Puede ser útil especialmente en hiperhidrosis de manos y pies, que se sumergen en agua a través de la cual circula una corriente de bajo voltaje. Se hace en casa. Como inconveniente, consume mucho tiempo, pues una sesión necesita de 20 a 40 minutos y hay que hacer frecuentes sesiones de mantenimiento, todo ello sin llegar a erradicar por completo el problema.
  • Infiltraciones con toxina. Es un tratamiento muy efectivo en la hiperhidrosis axilar y bien tolerado. La reducción del sudor se aprecia a los pocos días del tratamiento y dura hasta 6 ó 9 meses, por lo que se suele realizar una vez al año, habitualmente al comienzo de la primavera o verano, y mantiene al paciente libre del exceso de sudor axilar durante todo ese tiempo. Aunque es menos efectivo, también puede ayudar a mujeres a las que le suda mucho la frente tras la menopausia o a otros pacientes con hiperhidrosis frontal.
  • Tratamiento tópico con glicopirrolato. Es efectivo en zonas localizadas para reducir la cantidad de sudor, pero tiene el inconveniente del precio del principio activo y tener que aplicarse la crema con asiduidad.
  • Algunos fármacos orales pueden reducir el sudor, pero actúan a nivel de todo el cuerpo y no están libres de efectos secundarios como boca seca, visión borrosa, palpitaciones, etc.
  • Cirugía (simpatectomía). Es un tratamiento definitivo y, en casos seleccionados, se puede recomendar como opción recomendable para la hiperhidrosis palmar, aunque también se puede hacer para tratar la hiperhidrosis de axilas. Como efecto secundario, puede producir hiperhidrosis compensatoria en otras zonas, como la zona central del tronco.
  • Existen otros tratamientos, como dispositivos médicos que usan microondas o energía electromagnética para la destrucción de las glándulas sudoríparas de las zonas tratadas, reduciendo de forma definitiva la producción de sudor.

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