Dermatología clínica

Actualmente no existe cura definitiva para la rosácea, pero hay tratamientos disponibles para controlar los síntomas y mejorar la apariencia de la piel, con lo cual mejoramos enormemente la calidad de vida del paciente con rosácea.

Es importante recurrir al dermatólogo lo antes posible, para evitar la progresión de la enfermedad.
El tratamiento de la rosácea varía según la gravedad y los síntomas específicos de cada paciente.
Para el enrojecimiento y la inflamación, se pueden usar medicamentos tópicos con efecto antiinflamatorio o para reducir la población de Demodex. Además, disponemos de terapias lumínicas:
- láser vascular
- luz pulsada intensa (IPL)
- terapia fotolumínica (Kleresca)
En situaciones donde la piel se ha engrosado, especialmente en la nariz (rinofima), puede ser necesario láser CO2 para eliminar el exceso de tejido.
La medicación oral es especialmente útil para la rosácea inflamatoria: retinoides, antibióticos, etc.

Para ayudar a controlar los síntomas de la rosácea y evitar los brotes, debemos identificar y evitar los desencadenantes personales, como ciertos alimentos o condiciones climáticas.
Usar protector solar diariamente con un factor de protección alto es crucial, ya que la exposición al sol es un desencadenante común.
Se recomienda usar productos de cuidado de la piel suaves y libres de fragancias, así como evitar el uso de exfoliantes agresivos.
Mantener la piel hidratada y protegerla del viento y el frío puede ayudar a reducir la irritación.
Un buen retinol ayuda a mejorar la barrera cutánea y mejora la rosácea, contrariamente a lo que mucha gente piensa.
Controlar el estrés mediante técnicas de relajación puede ser beneficioso, ya que el estrés emocional puede exacerbar los síntomas.

No. La rosácea no es contagiosa; no se puede transmitir de una persona a otra.

La rosácea es más común en:
- Pieles claras
- Mujeres
- Entre los 30 y 50 años de edad
- Pacientes con antecedente familiar de rosácea