La limpieza de la piel es una parte importante de nuestra rutina diaria. Después de un largo día, no debes acostarte sin limpiarte la cara. Vale la pena este pequeño esfuerzo porque tu piel te lo agradecerá, luciendo bella y saludable.
La piel de la cara es muy delicada. Debes limpiarte por lo menos dos veces al día, nunca más de tres. La limpieza excesiva puede también secar e irritar la piel, sobre todo en pieles sensibles o inflamadas.
La limpieza nocturna es muy importante porque a lo largo de todo el día, se acumulan en la piel muchos agentes externos que hay que eliminar, tales como: residuos de maquillaje, sudor, polvo y suciedad acumulada, bacterias, contaminantes del ambiente, aceites naturales segregados por la piel y células muertas.
Para una correcta limpieza de cutis, es necesario tomar en cuenta los siguientes consejos: Utiliza productos que no alteren el PH de tu piel, termina tu limpieza con un tónico adecuado a tu tipo de piel que permite cerrar los poros y usa después un producto humectante adaptado a tu tipo de piel, para que la proteja en las mejores condiciones: crema nutritiva de noche y crema hidratante de día.
La limpieza puede ayudarte para activar la circulación, para ello realiza movimientos circulares usando la punta de los dedos y emplea unos segundos en esta operación.
Es importante también que no uses lociones limpiadoras o exfoliantes faciales con mucha cantidad de ácido ya que pueden resecar demasiado la piel. Cuando termines de enjuagarte, no frotes tu rostro de manera fuerte y brusca contra la toalla. Recuerda que la piel de la cara es muy sensible; tan solo acaricia tu piel con una palmadita en una toalla suave y deja que se seque naturalmente. Pero sobre todo elige con atención productos adecuados para tu tipo de piel y sobre esto te puede informar muy bien tu dermatólogo. En Clínica Dermatológica Openderma, obtendrás el mejor asesoramiento por expertos en Dermatología y en Medicina Estética.